creyendo que el temor es el que te encierra.
Dudas de tu fuerza, temes naufragar,
pero el fracaso no es lo que debes evitar.
El verdadero miedo, en tu ser se instala,
no merecer lo que el destino te regala.
Mas no hay alma noble que no merezca luz,
pues inspirar a otros es un don que seduz.
Arriesgar es adentrarse en un abismo,
confiar en que, a pesar del riesgo, hay un mismo
destino esperándote al final del camino,
donde la admiración florece como el trino.
La valentía reside en tus pasos firmes,
en atreverte a desafiar todos los abismos.
Aunque todo tiemble, y el mundo se estremezca,
eres capaz de brillar, ¡la verdad es tu fortaleza!
En la tormenta, sé tú mismo, sin temor,
pues en medio del caos, nace el verdadero valor.
La esencia que eres, en cada tempestad,
resplandece aún más, como luz en la oscuridad.
Pasos susurrantes, días en retrospectiva, diálogo interior.
No hay comentarios